sábado, 31 de diciembre de 2016

Poema para despedir el año

Se acaba el año y con él una etapa de nuestras vidas. Muchos no saben qué hacer para despedirlo, pero en Poesía En Un Telescopio lo tenemos claro: despedirlo con poesía.

El poema seleccionado para tal empresa bien podría servir para despedir a un amor -que, de hecho, lo es-, pero nos gusta pensar que también puede servir para despedir el año.

Y aprovechando la ocasión, me despido yo también, no sin antes dar las gracias a todos los que nos habéis leído, a mí y a los poetas que aparecen en el blog. Muchas gracias por vuestra visita.


Poema de la despedida

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... no sé si te quería...
o tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.

- José Ánguel Buesa.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

"Aquella tarde...", de Juan Ramón Jiménez


No es la primera vez que hablamos de este poeta aquí, en este blog, pero es que a uno le resulta imposible no dar a conocer todas y cada una de sus letras, siendo como es el poeta favorito de un servidor.

Así que, sin más, ahí va uno de los poemas más tristes habidos y por haber, pertenecientes a Rimas (1900 - 1902). Disfrútenlo, aunque esté de más decirlo.


Aquella tarde, al decirle
que me alejaba del pueblo,
me miró triste, muy triste,
vagamente sonriendo.

Me dijo: ¿Por qué te vas?
Le dije: Porque el silencio
de estos valles me amortaja
como si estuviera muerto.

—¿Por qué te vas?— He sentido
que quiere gritar mi pecho,
y en estos valles callados
voy a gritar y no puedo.

Y me dijo: ¿Adónde vas?
Y le dije: A donde el cielo
esté más alto y no brillen
sobre mí tantos luceros.

La pobre hundió su mirada
allá en los valles desiertos
y se quedó muda y triste,
vagamente sonriendo.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Poesía para la reflexión

Siempre he creído necesaria la reflexión, sea cual fuere el tema a meditar. Claro que, si reflexionáramos todos los días, más de uno se volvería loco.

Diría Serrat que "de vez en cuando la vida". Pues para no hacer que ni él ni su obra caiga en el olvido, reflexionemos un poco con este poema de Nelson Portugal, consultor en desarrollo personal y creador del modelo de Inteligencia Emocional Aplicada.



¿Alguna vez te has detenido a ver

los niños que juegan en un carrusel?

¿O has escuchado los rieles

del tren golpeando el suelo?

¿Alguna vez has seguido y visto a una mariposa aterrizar?

¿O al sol perderse al fondo del océano?

Más vale que te detengas,

no bailes tan rápido.

El tiempo es corto,

la música pronto terminará.

¿Vas por la vida corriendo

de un lado para otro?

Cuando preguntas: "¿cómo estás?",

¿escuchas la respuesta?

Cuando el día termina,

¿te echas en tu cama

pensando en las miles de cosas que tienes que

hacer al día siguiente?

Más vale que te detengas,

no bailes tan rápido.

¿Le has dicho alguna vez a tu hijo

"mañana lo haremos"?

Y en tu apuro,

¿dejaste de lado su pena?

¿Alguna vez perdiste el contacto

y dejaste que una buena amistad muriera,

porque no tuviste el tiempo

para llamar y decir “hola”?

Más vale que te detengas,

no bailes tan rápido.

El tiempo es corto,

la música pronto terminará.

Cuando corres tan rápido para llegar a un lugar,

¿te pierdes la mitad de la diversión de llegar ahí?

Cuando te preocupas y te apuras durante el día

es como botar un regalo sin abrir.

La vida no es una carrera,

tómatela lentamente.

Escucha la música

antes de que la canción termine.


(Tómate un minuto para sentir, para escucharte a ti mismo).

martes, 20 de diciembre de 2016

Una imagen y mil palabras

A veces, cuando miramos un cuadro, se nos vienen cantidad de sensaciones y de emociones que, por mucho que lo intentemos, no somos capaces de convertir en palabras. Así, desde Poesía En Un Telescopio queremos conseguir que imagen y palabra se unan en una misma entidad.

La primera imagen con la que empezaremos esta serie de fotopoesía es un cuadro del pintor madrileño Vicente Romero Redondo, acompañada de un poema de Luis Cernuda. Esperemos que os guste.

Y a propósito: toda sugerencia y recomendación es bienvenida, tanto de imagen como de palabra. Gracias.


No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Julio Cortázar


Es sabida la profunda inteligencia del ya inolvidable Julio Cortázar y el ingenio inigualable del que se dotaban sus textos. Pero pocos conocen su poesía. Porque sí, Cortázar escribió, además de Rayuela e Historias de cronopios y de famas, poemas que, a pesar de no ser tan conocidos, hicieron ver las tan variadas facetas del autor argentino -y que tres años antes de morir se nacionalizó francés-.

Prueba de ese ingenio se encuentra en el poema titulado "Para leer en forma interrogativa". Espero que les guste.


Para leer en forma interrogativa

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa…
Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás…
Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga…
Has sabido
con cada poro de la piel, sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.

viernes, 9 de diciembre de 2016

El último verso de Antonio Machado

(Última foto del poeta, fechada un 28 de enero de 1939).

Antonio Machado Ruiz, poeta que no precisa de presentación alguna, murió en Francia un 22 de febrero de 1939 y, unos días más tarde, fue hallado en el bolsillo de su abrigo lo que sería su último verso. Más poesía que eso no puede haber. Helo aquí:

"Estos días azules y este sol de infancia".

Sus últimas palabras, dicho sea de paso, fueron "adiós, madre", antes de entrar en coma y falleciendo poco después. La mujer a la que iban dirigidas estas palabras, que agonizaba en la misma habitación, fallecía a los tres días.

lunes, 5 de diciembre de 2016

"Madrigal de invierno", de Pablo Neruda

Uno no conoce verdaderamente algo hasta que no lo ve con sus propios ojos. O lo lee. Y resulta que a Neruda lo conocemos todos de nombre, pero no todos lo hemos leído.



Hace unos días cogí en la librería de mi propia casa ese maravilloso Residencia en la Tierra, publicada en 1933 y que comprende ocho años de inspiración del poeta. Tan maravilloso es que, aún sin haberlo terminado, ya hay un poema que se ha convertido en uno de mis favoritos. Y aquí lo comparto con vosotros, que para eso estamos.


Madrigal de invierno

En el fondo del mar profundo,
en la noche de largas listas,
como un caballo cruza corriendo
tu callado callado nombre.

Alójame en tu espalda, ay refúgiame,
aparéceme en tu espejo, de pronto,
sobre la hoja solitaria, nocturna,
brotando de lo oscuro, detrás de ti.

Flor de la dulce luz completa,
acúdeme tu boca de besos,
violenta de separaciones,
determinada y fina boca.

Ahora bien, en lo largo y largo,
de olvido a olvido residen conmigo
los rieles, el grito de la lluvia:
lo que la oscura noche preserva.

Acógeme en la tarde de hilo
cuando el anochecer trabaja
su vestuario, y palpita en el cielo
una estrella llena de viento.

Acércame tu ausencia hasta el fondo,
pesadamente, tapándote los ojos,
crúzame tu existencia, suponiendo
que mi corazón está destruido.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Fernando Pessoa y la heteronomía

(Fernando Pessoa en 1928).

Así como David Bowie era también Ziggy Stardust, Fernando Pessoa era, a su vez, Alberto Caeiro, Chevalier de Pas -creado por el verdadero poeta a la edad de seis años-, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. De esta manera, puede suceder que, a través de estos heterónimos, el autor (ortónimo) puede asumir otro papel y escribir, ciertamente, como otra persona. Pessoa tenía un total de 72 heterónimos, con lo que vamos a considerar innecesario nombrarlos todos.


Si después de morirme quisieran escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas:
la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.

- Fernando Pessoa/Alberto Caeiro; Poemas Inconjuntos; Escrito entre 1913-15;Publicado en febrero de 1925.

Estas dos fechas de las que Pessoa hablaba son 1888 y 1935.

(El poeta en la "Baixa" de Lisboa).

Fue una persona verdaderamente profílica. Diría él mismo lo siguiente:

Toda mi vida gira en torno a mi obra literaria, buena o mala, lo que sea, lo que pueda ser. Todos (…) tienen que convencerse de que soy así, de que exigirme sentimientos —que considero muy dignos, dicho sea de paso— de un hombre común y corriente es como exigirme que sea rubio y con los ojos azules.

Hay mucho que decir sobre él, todo sea dicho, pero nos quedaremos con que Mensaje fue su primera obra en portugués y única publicada en vida, en 1935, y que fue, demás, ensayista y traductor portugués. Autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare lo llevaron a traducir sus primeras obras y escribir sus primeros poemas en inglés.

Poseía una visión de la vida como nadie ha tenido, algo que queda perfectamente visible en prácticamente cualquier producción suya que leamos, ya sea poema, ya sea ensayo.



Nos despedimos con un poema que escuché anoche mismo en un programa de radio (97.7, Extremadura) y al cual le doy las gracias, pues no conocía ni autor, ni obra. Además siempre es de agradecer programas dedicados a la difusión de la cultura. El poema se puede leer completo aquí, pero por motivos de extensión copiamos hasta donde un servidor ha considerado bajo criterio personal. Muchas gracias y vuelvan pronto.


Tabaquería

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos! 
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones! 
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

...

(Continuar en este enlace).

martes, 15 de noviembre de 2016

Poesía: revolución de revoluciones

La poesía puede cambiar el mundo, sí. Y lo está haciendo.

Quizás el nombre de Alfredo Pérez Alencart no les suene, pero pronto lo hará. Y es que este poeta peruano-español ha reunido bajo un mismo título (No resignación) poemas contra la violencia machista. El libro, cuya presentación tendrá lugar este mismo jueves día 17 a las 20:00 en el Teatro Liceo de Salamanca, cuenta con la voz de 135 poetas, ni más ni menos, desde Grecia (Dyonisia Karpouzis) hasta Estonia (Jüri Talvet), pasando por Italia (Igor Costanzo) o Rumanía (Carmen Bulzan), entre otros. De todos los contientes, vaya.

(Alfredo Pérez Alencart y la concejala de Salamanca Cristina Klimowitz).

En palabras del propio poeta, "me ha agradado constatar que casi la mitad de los poetas del libro son hombres. Esto indica que mucho va cambiando". La antología cuenta, además, con dibujos y litografías del artista salmantino Miguel Elías.

Y a propósito: la presentación consistirá en una velada poético-musical que contará con la presencia y voz de veinte poetas y la participación especial de «Concierto3», con temas musicalizados para la ocasión. Está previsto entregar un ejemplar de la antología a todos los asistentes.

Os dejo con un poema de este maravilloso revolucionario titulado "Decimos hoy", del 2013 y que no pertenece a susodicha antología.


Decimos que la voz del justo nunca es un amuleto
y que siempre está de viaje hacia su múltiple destino,
pues rema o centellea dentro de un corazón litigando
por rasgar patrañas y bostezos de los confabuladores.

Decimos que todavía nieva sobre la cruz inabarcable
y que siguen floreciendo enfebrecidas tardes muertas
donde acampan los que urden estragos o traiciones.

Decimos que ante el Poeta no hay adiós cielo arriba
y sí hermandad vertiginosa acogiéndolo con palmas
antes, durante y después de ardientes resurrecciones.

Decimos que no existe tregua al momento de Amar,
que el querer se cuece a fuego lento, tomando forma
en el equilibrio de dos que van soldándose en uno.

Decimos que la envidia es el infierno que más quema
y que sus denodados tentáculos atraviesan centurias,
igual que en días remotos, con sus hirientes certezas.

Decimos que se debe ser fuerte y resistir iniquidades
con las manos en alto bajo el son del sosiego, bajo
el blanco alud ultramundano que patrulla cual ángel.

Decimos hoy que hemos tallado nuestros nombres
huéspedes en todas las piedras de la ciudad  dorada.

(Para el Poeta que no envejece
ni en cinco siglos a la redonda).

lunes, 7 de noviembre de 2016

Beatriz Hernanz Angulo


Existen personas que parecen sacadas de otro mundo. No importa que sean artistas, cineastas, escritores, madres, padres... o poetas. Y Beatriz Hernanz es una de ellas.

Se trata de la actual Directora de Cultura del Instituto Cervantes, poeta y crítica literaria nacida en Pontevedra en el año 1963. Es también doctora en Filología Hispánica y ha colaborado en los periódicos ABC (1992 - 1998), El Mundo (1998 - 2008) y El País (2009 - presente) en las secciones culturales. Una Da Vinci literaria del siglo XXI, vaya.

Muchas de sus obras han sido premiadas, como La lealtad del espejo (1993), premio Barcarola; o La vigilia del tiempo (1996), Accésit del Premio Adonáis.

El poema escogido para conocer brevemente su habilidad con las palabras es un poema-carta titulado "Estaciones paralelas". Disfruten, aunque esté de más decirlo.


Querido Héctor:

Cuando esto te escribo, amor, qué palabras cubrirán la última noche del siglo, el invierno que nunca acaba, la primavera rota por la ausencia. El mundo se va a ahogar, los pájaros ya no vuelan en los espejos y el mar no ofrece ningún consuelo. Esta ha sido una historia envuelta en música y en silencios, antigua y terrible como el mundo, hemos tenido que inventar todos los caminos, hemos discurrido por dolorosas geografías, lugares queridos que corresponden a la cartografía del desconsuelo.

Te escribo esta carta en una pequeña hendidura de agua, porque el agua irradia atardeceres de otras épocas. Cuando nos encontramos por vez primera, yo era una muchacha joven que se miraba en el fondo de tus ojos, que vivía pendiente de tu arrogancia de isla. Pero tu nombre se ha quedado para siempre dentro, pero tu rostro aún vive en mis palabras, pero tus manos de árbol crecen, vigorosas, todas las primaveras de relámpagos. Enséñame el lugar del aire, hacia dónde dirigir mi huida por todas las estaciones que regresan sin ti, porque hay velos tristes que me han hecho morir de cordura, cuchillos lentos que han inundado de mar todas las derrotas.

El recuerdo es el camino breve y puro que conduce hacia el delirio, que transcurre como una melodía en el viento de la historia. Adagio de las promesas que no pudieron realizarse, andante nocturno que devuelve las traiciones a un mar dormido en mi vientre, vivo círculo de los ahogados por las sombras del desafecto, pues será el trayecto que nos ha de reunir lento como el tejido fatal de una espera sin personajes.

Somos esos seres a los que el tiempo nunca arrebata sus heridas. Me acorazo con la armadura de la voluntad, amor mío, zurzo los harapos del destino, invoco un tiempo en el que pudieron ser verdad todos los silencios del mundo. Pero caminamos por estaciones paralelas, en un tiempo que nunca asumió la luz y el abismo, infinito y azulado, habitado de palabras y de ausencia.

En qué mar encontrarán reposo mis ojos en la ciega huida por el brocal del otoño...

jueves, 27 de octubre de 2016

Poesía del mundo: Katerina Gogou


Con esto de conocer gente de otras partes del mundo, a uno se le hace más fácil eso de conocer poesía. Y gracias a ello, hoy traigo un nombre que pocos, o ninguno, conocería,empezando por un servidor. Pero ¡para eso está Poesía En Un Telescopio! Así que allá vamos.

Katerina Gogou, nacida en Atenas en el año de 1940, fue actriz, poeta y escritora. Participó en más de treinta películas, todas ellas griegas, y su obra literaria, influenciada por la ocupación nazi, la Resistencia y la Guerra Civil, consiste en algunos títulos como Tres taconeos de sobra (poesía, 1983), Mi nombre es La Odisea (autobiografía inacabada publicada post-mortem, murió en 1993) e Idionimo (en griego, es el nombre que se le dio a una ley específica que castigaba el comunismo y toda idea revolucionaria), título que incluye el poema con el que acompañamos la entrada de hoy. El poema no lleva título, sino un número: el treinta y dos, pues fue el trigésimo segundo poema del libro.


Siento no haber podido recabar más información, pero en este enlace tenéis una página más que recomendada acerca de su persona y obra. Aviso: está en inglés.

Aviso número dos: el poema lo he traducido yo mismo (del griego al inglés y del inglés al español). A mí me tocó la segunda parte.


Llegará el día en que todo cambiará.
Recuerda esto, María.
¿Recuerdas, María, cuando en el receso del juego
corríamos con un bastón?
-no me mires, no llores-. Tú eres la esperanza.
Escucha, llegará el día
en el que los hijos elegirán a sus padres;
no nacerán por azar.
No habrá puertas cerradas,
con gente afuera inclinada
y el trabajo,
lo elegiremos nosotros.
Nosotros no seremos caballos mirándonos los dientes los unos a los otros
(refrán griego: no nos respetarán).

Gente, ¡pensad! Hablaremos con los colores
y otras notas musicales.
Tan solo
guarda en una botella con agua
palabras y significados como estos:
inadaptado, opresión, soledad, recompensa, adquisición, degradación;
para la lección de Historia.
Existen, María -y no quiero mentirte-
tiempos duros.
Pero no habrán más.
No sé -no esperes más de mí-
si eso fue todo lo que he vivido, todo lo que he aprendido, todo lo que he dicho
y de todo cuanto he leído, conservo una cosa:
“Lo verdaderamente importante es seguir siendo humanos”.
¡Cambiaremos el significado de la vida!

A pesar de todo ello, María.

sábado, 22 de octubre de 2016

Robert Herrick

(Portada de Hespérides).

Poco se sabe de la figura de Robert Herrick, poeta inglés y caballero nacido en 1591. Tenía un gran ingenio, algo que se puede ver fácilmente en su obra, publicada bajo el título de Hespérides, obras divinas y humanas publicada en 1648 y que reúne los 1200 poemas que escribió. Las hespérides, en la mitología griega, eran mélides, ninfas de árboles frutales.

Quizás, de entre todos esos poemas, el más conocido sea "A las vírgenes, para que aprovechen el tiempo" (sobre todo la primera estrofa):

Coged las rosas mientras podáis,
veloz el tiempo vuela;
la misma flor que hoy admiráis
mañana estará muerta.

La gloriosa lámpara celeste, el sol,
cuanto más alto ascienda
antes llegará a su camino
y más cerca estará del ocaso.

Los primeros años son los mejores,
cuando la juventud y la sangre están más calientes;
pero consumidas, la peor, y peores tiempos
siempre suceden a los anteriores.

Así que no seáis tímidas, aprovechad el tiempo
y mientras podáis, casaos:
pues una vez que hayáis pasado la flor de la vida
puede que esperéis para siempre.

('Gather ye rosebuds while ye may', por John William Waterhouse).

Claro que, en su lengua original, suena mucho mejor, aun sin que uno sepa lo que ahí pone:

Gather ye rosebuds while ye may,
old time is still a-flying;
and this same flower that smiles today,
to-tomorrow will be dying.

The glorious lamp of heaven, the sun,
the higher he's a-getting,
the sooner will his race be run,
and nearer he's to setting.

That age which best is the first,
when youth and blood are warmer;
but being spent, the worse, and worst
times still succeed the former.

Then be not coy, but use your time,
and while ye may, go marry:
for having lost but once your prime,
you may for ever tarry.

lunes, 17 de octubre de 2016

Poesía y música para Ana Frank

Me encuentro estos días leyendo El diario de Ana Frank y, por unas u otras razones, di con un vídeo maravilloso, vídeo que dejo al final del post. El vídeo es una canción tributo a Ana Frank y su historia, conocida por todos.

Tributos a esta figura histórica hay muchos, pero hubo uno que me llamó especialmente la atención. Tanto, que ha acabado en este blog. Y si me ha llamado la atención ha sido por su letra, que más que letra me parece poesía. Y si no, juzguen ustedes mismos.

¡Ah! El autor del vídeo, la letra y la música es Juan Morgan, un ciudadano de a pie que, como mínimo, merecía mención.




En el sombrío olvido de las páginas de un libro 
encontré el pensamiento olvidado por los años
de una mujer que ahora viaja por el tiempo
y sus cenizas son ya parte del viento.

Dio sus primeros pasos en el viejo continente.
Su tímida sonrisa fue alegría de sus padres
en tiempos donde el odio se adueñaba de la gente
y el ruido de las bombas era pan de cada día.

Ana está sentada en aquel obscuro rincón.
A contraluz de una linterna plasma parte de su alma.
Hay latidos de su corazón en cada página
y la tinta es sangre de su tierno corazón.

Ana es la caricia de una madre, es la belleza de una tarde, es aquella tenue puesta de sol.
Ana es la quietud de mar adentro, es la suavidad del viento acariciando las alas de un gorrión.
Y conoció el amor bajo un suelo de madera
con un fugaz beso, su pudor por vez primera
y sin ver el sol sintió el candor de primavera
entre ruido de bombas
desde su trinchera.

Ana va sentada en un pétalo en el viento y va tocando corazones. Es viajera ya del tiempo.

jueves, 13 de octubre de 2016

Bob Dylan, Nobel de Literatura


Bueno, pues ya es oficial: Bob Dylan es Nobel de Literatura. Y como no podía ser de otra manera, lo mínimo que podemos hacer desde Poesía En Un Telescopio es hacer mención a tan destacado tema.

Muchos lo conocen de nombre, pero no todos saben quién es -o fue- verdaderamente: es Dios. Y el que no me crea, que escuche Knockin' on Heaven's door o Blowin' in the wind o acaso The times they are a changin'. Casi vale cualquier título. 




La razón del recibimiento de este premio viene, según la secretaria de la Academia Sueca Sara Danius, por "haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana".  Así es. Cambió el concepto de canción pop. Completamente.

(Un joven Dylan en su apartamento de Greenwich Village, Nueva York).

Y podría hablar y hablar, pero acabaría aburriendo, así que les dejo con un dato curioso: Nicanor Parra ya pidió el premio Nobel para este artista de los que no quedan. Pero amigos, los tiempos han cambiado.










domingo, 9 de octubre de 2016

Los Beatles y García Márquez

Por muchos es sabida mi afición a los Beatles y García Márquez. Pero si juntamos estas dos variables en una sola, a uno no le salen las palabras. Y como ayer, 8 de octubre, fue -o sería- el septuagésimo cumpleaños del inolvidable John Lennon, la entrada de hoy trata de todos estos elementos que, como ahora veremos, algo tenían en común.

Y es que, el 17 de abril de 2014, moría Gabriel García Márquez y fue también ese mismo día que se dio a conocer un texto suyo en el que hablaba de la archiconocida banda de Liverpool. Hasta las cartas que escribía son verdaderas joyas de arte. Ahí va:

"Así es: la única nostalgia común que uno tiene con sus hijos son las canciones de los Beatles. Cada quien por motivos distintos, desde luego, y con un dolor distinto, como ocurre siempre con la poesía. Yo no olvidaré aquel día memorable de 1963, en México, cuando oí por primera vez de un modo consciente una canción de los Beatles. A partir de entonces descubrí que el universo estaba contaminado por ellos. En nuestra casa de San Ángel, donde apenas si teníamos donde sentarnos, había solo dos discos: una selección de preludios de Debussy y el primer disco de los Beatles.

Por toda la ciudad, a toda hora, se escuchaba un grito de muchedumbres; "Help, I need somebody”. Alguien volvió a plantear por esa época el viejo tema de que los músicos mejores son los de la segunda letra del catálogo: Bach, Beethoven, Brahms y Bartok. Alguien volvió a decir la misma tontería de siempre: que se incluyera a Bosart. Alvaro Mutis, que como todo gran erudito de la música tiene una debilidad irremediable por los ladrillos sinfónicos, insistía en incluir a Bruckner. Otro trataba de repetir otra vez la batalla a favor de Berlioz, que yo libraba en contra porque no podía superar la superstición de que es oiseau de malheur, es decir, pájaro de mal agüero. En cambio, me empeñé, desde entonces, en incluir a los Beatles. Emilio García Riera, que estaba de acuerdo conmigo y que es un critico e historiador de cine con una lucidez un poco sobrenatural, sobre todo después del segundo trago, me dijo por esos días: “Oigo a los Beatles con un cierto miedo, porque siento que me voy a acordar de ellos por todo el resto de mi vida”. Es el único caso que conozco de alguien con bastante clarividencia para darse cuenta de que estaba viviendo el nacimiento de sus nostalgias. Uno entraba entonces en el estudio de Carlos Fuentes, y lo encontraba escribiendo a máquina con un solo dedo de una sola mano, como lo ha hecho siempre, en medio de una densa nube de humo y aislado de los horrores del universo con la música de los Beatles a todo volumen.

Esta tarde, pensando todo esto frente a una ventana lúgubre donde cae la nieve, con mas de cincuenta años encima y todavía sin saber muy bien quién soy, ni que carajos hago aquí, tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar. Todo cambio entonces. Los hombres se dejaron crecer el cabello y la barba, las mujeres aprendieron a desnudarse con naturalidad, cambió el modo de vestir y de amar, y se inicio la liberación del sexo y otras drogas para soñar.

Fueron los años fragorosos de la guerra de Vietnam y la rebelión universitaria. Pero, sobre todo, fue el duro aprendizaje de una relación distinta entre los padres e hijos, el principio de un nuevo diálogo entre ellos que había parecido imposible durante siglos".

jueves, 29 de septiembre de 2016

José Ángel Buesa



Conocido también como "el poeta enamorado", José Ángel Buesa nació en Cuba, concretamente en Cruces, cerca de la ciudad de Cienfuegos, en el año 1910.

Comienza a escribir sus primeros versos a la temprana edad de siete años. Su obra, caracterizada por su profundidad y sensibilidad, fue muy bien recibida por los lectores, aunque no tanto por la crítica, tachándole algunos de "poeta menor, cursi y fácil". Esta misma [su obra] ha sido traducida a diversos idiomas: portugués, inglés, ruso, polaco, japonés y chino.

A la edad de veintidós años empieza a publicar su poesía, con una etapa muy productiva y un éxito abrumador. Tanto, que ha sido considerado como el poeta más popular en la Cuba de su época. Este éxito se vio detenido al tener que abandonar Cuba y trasladarse a España, El Salvador y, finalmente, Santo Domingo, donde moriría a los setenta y dos años en 1982.

Sus obras principales son: La fuga de las horas (1932), Misas paganas (1933), Babel (1936), Canto final (1936), Oasis (reeditado en más de veintiseis ocasiones), Hyacinthus, Prometeo, La vejez de Don Juan, Odas por la victoria y Muerte diaria, todas ellas publicadas en 1943.

Una curiosidad acerca de Buesa es que se dice que sus versos fueron los primeros en aparecer en la televisión Cubana en el año 1961.



La sed insaciable

Decir adiós... la vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron en exceso.

Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida...

Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.

Buscar la luz que se eterniza,
la clara lumbre duradera,
y al fin saber que en una hoguera
lo que más dura es la ceniza.

Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.

Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.

Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombra de otra boca
en cada boca que se besa...


lunes, 26 de septiembre de 2016

De cómo Quevedo se rió de la reina



Cuentan que Quevedo, ese poeta que escribió el archiconocido "érase un hombre a una nariz pegado", poseía un humor como nadie. Tanto es así que, en cierta ocasión, se apostó con un amigo, quién sabe el qué, a que llamaría a la por entonces reina de España Isabel de Borbón "coja" delante de todo el mundo, remarcando su defecto físico. Y así fue.

Compró el poeta un ramo de flores, claveles y rosas, y ya en palacio le dijo a la reina:

- Señora, traigo un ramo que solo será el anticipo del que os traeré. Desconociendo vuestra flor favorita, entre el clavel y la rosa, su majestad escoja.

Como ven, lo único que uno necesita para quedarse con la gente es un poco de ingenio. Y a propósito: el nombre que recibe este juego de palabras tan simpático es calambur.



martes, 20 de septiembre de 2016

La NASA y la poesía

¿Han oído hablar de MAVEN? Sea cual fuere la respuesta, lo explicaré brevemente: MAVEN son las siglas de Mars Atmosphere and Volatile EvolutioN, o lo que es lo mismo, "Atmósfera de Marte y Evolución Volátil". Tal es el nombre dado a una misión de la NASA que tuvo lugar en el año 2013 y que finalizó en 2014. La misión tenía como objetivo, entre otros, determinar cómo desaparecieron la atmósfera y el agua de este singular planeta.

Pero ¿qué tiene que ver esto con la poesía? Pues bien, resulta que para esta misión la NASA decidió enviar un haiku junto a la sonda a través de un proyecto llamado It's going to Mars ("Va a Marte"). La respuesta por parte de los interesados fue inmensa, con lo que se decidió que todos aquellos haikus que tuviesen un mínimo de dos votos serían compilados en un DVD y enviados, una vez más, junto a la sonda. Y a propósito: los votos corrían por parte de la opinión pública.

Estos fueron los cinco haikus más votados:


It's funny, they named
Mars after the God of War
Have a look at Earth

"Es divertido, lo llamaron
Marte por el Dios de la Guerra
Echa un vistazo a la Tierra"

- Benedict Smith, de Reino Unido.



Thirty-six million
miles of whispering welcome.
Mars, you called us home.

"Treinta y seis millones
de millas de una bienvenida susurrante.
Marte, nos has llamado a casa"

- Vanna Bonta, de Estados Unidos.




Stars in the blue sky
cheerfully observe the Earth
while we long for them

"Estrellas en el cielo azul
observan dichosas la Tierra
mientras nosotros las echamos de menos"

- Luisa Santoro, de Italia.




distant red planet
the dreams of earth beings flow
we will someday roam

"Distante planeta rojo
los sueños de la tierra fluyen
algún día vagaremos"

(Sí, hay una importante falta de conocimiento morfosintáctico, pero he transcrito el poema original tal y como, con lo que la traducción había que ir acorde. Mis disculpas). 

- Greg Pruett, de Idaho, Estados Unidos.




Mars, your secret is
unknown for humanity
we want to know you

"Marte, tu secreto es
desconocido para la humanidad
queremos conocerte"

(Más de lo mismo).

- Fanni Redenczki, de Hungría.



Fuentes:







sábado, 17 de septiembre de 2016

Recomendación septiembre

Un mes sin poesía es mucho tiempo. Demasiado. Y es por eso que en cuanto he podido me he puesto manos a la obra. ¡Y aquí estamos de nuevo!

Con la entrada de hoy inauguramos nueva sección, apartado o como quieran llamarlo. Como bien dice el título trata sobre recomendaciones. ¿De qué? Bueno, pues sigan leyendo.

La primera recomendación que un servidor les hace es la obra de José Hierro Cuaderno de Nueva York, de 1998, del que hablé brevemente hace no mucho tiempo.

La segunda recomendación de hoy es En las orillas del Sar, de Rosalía de Castro, publicada un año antes de la muerte de la autora y la cual supuso ser su última obra. Esta obra contiene una poesía un tanto más clásica, pero eso no supone ningún inconveniente. ¡Toda poesía es bienvenida!

La tercera recomendación que les hago, y con esta ya terminamos por hoy, es Vallejo: cien años de ser, libro que recorre la vida y obra del inolvidable poeta César Vallejo, con fotografías de sus poemas originales, etc.

Muchas gracias por su visita y... ¡vuelva pronto!

miércoles, 10 de agosto de 2016

Cuando la poesía se hace canción

¿Acaso no es maravilloso cuando la música y la poesía se juntan? Dos artes magníficas en perfecta armonía. Tal es el caso de hoy.

Pedro Guerra, cantautor español y Ángel González, también español, pero poeta, mano a mano, voz a voz, haciéndonos felices a los ciuadadanos de a pie. No podía ser más perfecto... ¿o sí?

miércoles, 3 de agosto de 2016

Dándose a conocer

Da gusto tener amigos que escriben tan bien. Y es por eso que hoy, una vez más, comparto esas maravillosas letras que son capaces de hacer llorar hasta al más espartano. Tan maravillosas son.

Hoy es el turno de Óscar Laguna, poeta incomprendido y con cuyo permiso cuento para darlo a conocer.

Gracias a él y gracias a vosotros.


El mundo está lleno de ojos
cansados de mirar,
de rodillas tristes
errando por las mismas esquinas,
aguardando una llamada de,
quizá, una chica, para al fin capitular.

Quizá tres minutos,
cinco si el tímpano sigue de bares,
diez, si nunca aprendió a leer,
veinte, si nunca le enseñaron 
a escuchar.

Te abraza la morfina 
para que el serrucho te desgarre,
un metal extraño junto al menisco
que ni cura ni quita el dolor 
y varios meses preguntándote
por qué.

Los niños aún juegan.
Aún, en la más recóndita
esquina de tu advenediza memoria,
la casa donde vive tu hijo
sigue siendo el descampado
que se llevó tantas horas de
jugar con la pelotita.

Los niños aún juegan a la pelotita ahí.
Tú aún juegas a la pelotita ahí.
Ahí, en el descampado al lado del cementerio.

jueves, 28 de julio de 2016

Palabra a palabra se hace el verso

Para innovar un poquito, he pensado que quizás fuera buena idea compartir algunos versos, de manera que cada cual, partiendo del verso o versos que le guste, investigue y descubra a qué poema pertenece, quién lo escribió...

Los versos que he elegido no siguen ningún criterio en concreto: algunos han sido porque me evocaban muchas sensaciones y otros porque, simplemente, me parecían preciosos. Así que ahí van.

Y a propósito: ¿cuáles son vuestros versos preferidos?


Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío.


Si cierras los ojos cierro también los míos.



Llegaba siempre tarde, y nos llamaba con nombres de parientes ya enterrados.



Como el cansancio se abandona al sueño así mi vida a ti se confiaba.



A tu amor me abandono sin que me quede nada.



Se ha perdido mi huella en su mar.



La tarde se moría y en el viento 

la seda de tu voz era un piano.


En ti ciérrense mis ojos.

lunes, 25 de julio de 2016

Grandes preguntas, grandes poetas

Quizás las grandes preguntas no necesiten de una gran respuesta; quizás no necesiten ni respuesta. Pero la gran pregunta que planteamos hoy viene de manos de un grande, que fue Ángel González, poeta más que recomendado.

No se coman mucho la cabeza.


martes, 19 de julio de 2016

Dándose a conocer

No hace mucho que una amiga me pasó un poema de esos que a mí me gustan: sencillos. Y es por eso que lo comparto aquí con vosotros. Bueno, por eso y porque este es un blog de divulgación poética.

Y a propósito: el poema pertenece a mi amiga, Malén Barrero.


Mi casa es un lugar de espiga y desierto,
donde crecen pájaros de viento
a la orilla de caminos
disecados de silencio.

Mi casa huele a pan y deseo,
y, en verano, los grillos gritan poemas,
y las ramas saben a hielo
y a tierra mojada,
en invierno.

Mi casa es un lugar donde crecen flores,
y los llantos se aminoran
en cada latido,
y, cuando escuchas, se te clava
muy adentro
la voz de los míos.

Se llama caricias, lluvia y esparto,
mi casa.
Se llama recuerdos, sabores, olvido,
mi casa.

Y se llama amor, mi casa querida.
Y se llama dolor, si la sientes perdida.
Porque mi casa se llama hogar, volver, empezar.

Mi casa.

viernes, 8 de julio de 2016

Escocia, librerías y ejemplares

(El ejemplar protagonista).

Aquí estoy, en Escocia, más concretamente en Inverness. Y diréis: "yo he venido aquí por la poesía, poco me importa a mí dónde esté o deje de estar este señor". Toda la razón. Pero resulta que he pasado por delante de una biblioteca y para cuando he querido darme cuenta ya estaba dentro.



Lo importante de todo esto es que he adquirido dos ejemplares: Highland memories, de Colin Macdonald y Poems of Wordsworth, de William Wordsworth, uno de los poetas románticos más importantes. Y como no podía ser de otra manera, lo comparto con ustedes, mis fieles lectores. Al fin y al cabo, ¿no es esto divulgación poética?

domingo, 3 de julio de 2016

Musicalizando a Yeats

(William Yeats, fecha desconocida).

¿Alguien se acuerda de aquel maravilloso Fisherman's blues, de los ya clásicos The Waterboys Bueno, pues hace un tiempo -cinco años, para ser más exactos-, esta misma banda le puso a música a algunos poemas de William Butler Yeats, ese poeta irlandés al que todo el que le guste un poco la poesía se enamora rápidamente.

Es un álbum maravilloso, con alguna que otra canción bastante movidilla, lleno de melodías pegadizas, muy pegadizas y con una producción musical que ya quisieran los Arcade Fire. A continuación dejo el link para aquellos que quieran escucharse este más que recomendable álbum musical.

Y a propósito: se titula An Appointment with Mr. Yeats.


(Portada del álbum, 2011).

martes, 28 de junio de 2016

"Beethoven frente al televisor", de José Hierro

Resulta que en la biblioteca de mi casa hay una sección de poesía: Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda... y hace unos días terminé el Itinerario poético de Gabriel Celaya, sacado de esta misma biblioteca familiar. Así que al devolver este libro a su sitio, cogí inmediatamente el Cuaderno de Nueva York, de José Hierro. A este poeta solo lo conocía de nombre, no había leído ni tan siquiera un poema suyo, por lo que me pareció una buena elección.; fue tan buena que su lectura me cautivó desde la primera página.

(El susodicho ejemplar).

La entrada de hoy viene a raíz de un poema que me gustó especialmente, aunque he de decir que aún no he terminado de leer el libro. Fue tal la manera en la que disfruté la lectura de este poema, que pensé mientras lo leía en compartirlo aquí con vosotros. Espero que os guste tanto o más como a un servidor gustó.


Beethoven frente al televisor

El alemán de Bonn identificaba
todos los sones de la naturaleza:
el del mar, el del río, el del viento y la lluvia,
el canto del ruiseñor, el de la oropéndola, el del cuco.
Un día, cantó un ave, y él no oía su canto:
fue la primera señal de alarma.
Luego avanzó implacable la sordera
hasta desembocar en la noche de los sonidos.
Compuso, desde entonces, imaginándolos.
Nunca pudo escuchar su misa en Re,
sus últimos cuartetos, su última sinfonía.

Luis van Beethoven murió en mil ochocientos veintisiete
(es lo que piensan los desinformados),
pero yo lo he visto en el Lincoln Center.
Fue en los años noventa. Ocupábamos
asientos contiguos. Yo lo reconocí
por su expresión huraña y tierna y feroz.
Y también por el desaliño de que nos hablan sus biógrafos.
Escribí en mi programa estas palabras:
"Excelente concierto". Y él asintió:
"No se moleste en escribir, oigo perfectamente".

Después, en el descanso, hablamos de su música,
(sin duda se dio cuenta
de que acababa de reconocerlo.)
Avisaron que había que volver
a la sala para escuchar el plato fuerte,
la Novena. Pero él, van Beethoven,
dio media vuelta, y se marchaba.
"Pero, ¿precisamente ahora?" le pregunté.
"Yo regreso al hotel. Voy a escuchar
la Novena Sinfonía en el televisor,
la transmiten en directo", contestó.
"¿Me permite que le acompañe?", dije.
Y se encogió de hombros.

Pues aquí acaba todo.
Nos sentamos ante el televisor.
Escuchamos el golpe de la batuta
sobre el atril. Silencio. Y la orquesta rugió.
Entonces, Ludwig van Beethoven
se levantó y apagó el sonido.
Ahora sí que el silencio era absoluto.

Canturreaba a veces, levantaba la mano
para indicar la entrada a los timbales
en el Scherzo. Lloró con el adagio,
enardeció cuando cantaba el coro
las palabras de Schiller.

Yo nunca podré oír, nadie podrá,
lo que él oía. Finalizó el concierto.
Fue entonces cuando se levantó,
y se acercó al televisor,
recuperó el sonido.
Las cámaras enfocaban ahora
al público anerdecido.
Van Beethoven oía, en mil novecientos noventa,
los aplausos que no podía oír en Viena,
en mil ochocientos veinticuatro.

miércoles, 15 de junio de 2016

Luis Cernuda


Quizás debamos agradecerle a Pedro Salinas y a Bécquer por regalarnos tan maravilloso poeta como fue Luis Cernuda, uno por introducirle en la literatura y otro por instruirle en ella. Y es que, de no ser por ellos, el mundo no conocería ese Donde habite el olvido (1934), su obra más emblemática.

Pero de además de esta, Luis Cernuda Bidou -o Bidón- (Sevilla, 1902) tiene otras tantas obras, tanto poéticas como ensayísticas. Ahora vamos con ellas. Antes, hablemos mínimamente sobre su vida, que si no importante, sí que es de interés.

Estudió derecho en su ciudad natal, dio clases de español en la universidad de Toulouse, Inglaterra y Estados Unidos -siendo este su destino para el exilio durante la Guerra Civil- y estuvo siempre muy influenciado por la literatura francesa, llegando incluso a traducir parte de la obra de Paul Éluard. Fue amigo de Octavio Paz y de Manuel Altolaguirre y abiertamente homosexual (en México, en 1952, se enamoró de un culturista, a quien escribió Poemas para un cuerpo). Moriría precisamente en México once años más tarde.


Volviendo a su obra, esta comenzó con la exaltación de la belleza, para ir oscureciéndose poco a poco, terminando con una poesía reflexiva. Estas son las etapas en las que Octavio Paz dividiría la obra del poeta, basadas en el ciclo vital del mismo:

- Adolescencia. Aprendizaje poético y maestría: "Perfil del aire" y "Égloga, elegía, oda".
- Juventud. Blasfemia, rebeldía, pasión y amor al amor: "Un río, un amor", "Los placeres prohibidos", "Donde habite el olvido".
- Madurez. Contemplación de los poderes terrestres y meditación sobre las obras humanas: "Invocaciones", "Las nubes", "Vivir sin estar viviendo", "Como quien espera el alba".
- Límite con la vejez, mirada precisa y reflexiva: "Con las horas contadas", "Desolación de la quimera".


Qué ruido tan triste

Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo.

Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche.

Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.