miércoles, 23 de noviembre de 2016

Fernando Pessoa y la heteronomía

(Fernando Pessoa en 1928).

Así como David Bowie era también Ziggy Stardust, Fernando Pessoa era, a su vez, Alberto Caeiro, Chevalier de Pas -creado por el verdadero poeta a la edad de seis años-, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. De esta manera, puede suceder que, a través de estos heterónimos, el autor (ortónimo) puede asumir otro papel y escribir, ciertamente, como otra persona. Pessoa tenía un total de 72 heterónimos, con lo que vamos a considerar innecesario nombrarlos todos.


Si después de morirme quisieran escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas:
la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.

- Fernando Pessoa/Alberto Caeiro; Poemas Inconjuntos; Escrito entre 1913-15;Publicado en febrero de 1925.

Estas dos fechas de las que Pessoa hablaba son 1888 y 1935.

(El poeta en la "Baixa" de Lisboa).

Fue una persona verdaderamente profílica. Diría él mismo lo siguiente:

Toda mi vida gira en torno a mi obra literaria, buena o mala, lo que sea, lo que pueda ser. Todos (…) tienen que convencerse de que soy así, de que exigirme sentimientos —que considero muy dignos, dicho sea de paso— de un hombre común y corriente es como exigirme que sea rubio y con los ojos azules.

Hay mucho que decir sobre él, todo sea dicho, pero nos quedaremos con que Mensaje fue su primera obra en portugués y única publicada en vida, en 1935, y que fue, demás, ensayista y traductor portugués. Autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare lo llevaron a traducir sus primeras obras y escribir sus primeros poemas en inglés.

Poseía una visión de la vida como nadie ha tenido, algo que queda perfectamente visible en prácticamente cualquier producción suya que leamos, ya sea poema, ya sea ensayo.



Nos despedimos con un poema que escuché anoche mismo en un programa de radio (97.7, Extremadura) y al cual le doy las gracias, pues no conocía ni autor, ni obra. Además siempre es de agradecer programas dedicados a la difusión de la cultura. El poema se puede leer completo aquí, pero por motivos de extensión copiamos hasta donde un servidor ha considerado bajo criterio personal. Muchas gracias y vuelvan pronto.


Tabaquería

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos! 
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones! 
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

...

(Continuar en este enlace).

martes, 15 de noviembre de 2016

Poesía: revolución de revoluciones

La poesía puede cambiar el mundo, sí. Y lo está haciendo.

Quizás el nombre de Alfredo Pérez Alencart no les suene, pero pronto lo hará. Y es que este poeta peruano-español ha reunido bajo un mismo título (No resignación) poemas contra la violencia machista. El libro, cuya presentación tendrá lugar este mismo jueves día 17 a las 20:00 en el Teatro Liceo de Salamanca, cuenta con la voz de 135 poetas, ni más ni menos, desde Grecia (Dyonisia Karpouzis) hasta Estonia (Jüri Talvet), pasando por Italia (Igor Costanzo) o Rumanía (Carmen Bulzan), entre otros. De todos los contientes, vaya.

(Alfredo Pérez Alencart y la concejala de Salamanca Cristina Klimowitz).

En palabras del propio poeta, "me ha agradado constatar que casi la mitad de los poetas del libro son hombres. Esto indica que mucho va cambiando". La antología cuenta, además, con dibujos y litografías del artista salmantino Miguel Elías.

Y a propósito: la presentación consistirá en una velada poético-musical que contará con la presencia y voz de veinte poetas y la participación especial de «Concierto3», con temas musicalizados para la ocasión. Está previsto entregar un ejemplar de la antología a todos los asistentes.

Os dejo con un poema de este maravilloso revolucionario titulado "Decimos hoy", del 2013 y que no pertenece a susodicha antología.


Decimos que la voz del justo nunca es un amuleto
y que siempre está de viaje hacia su múltiple destino,
pues rema o centellea dentro de un corazón litigando
por rasgar patrañas y bostezos de los confabuladores.

Decimos que todavía nieva sobre la cruz inabarcable
y que siguen floreciendo enfebrecidas tardes muertas
donde acampan los que urden estragos o traiciones.

Decimos que ante el Poeta no hay adiós cielo arriba
y sí hermandad vertiginosa acogiéndolo con palmas
antes, durante y después de ardientes resurrecciones.

Decimos que no existe tregua al momento de Amar,
que el querer se cuece a fuego lento, tomando forma
en el equilibrio de dos que van soldándose en uno.

Decimos que la envidia es el infierno que más quema
y que sus denodados tentáculos atraviesan centurias,
igual que en días remotos, con sus hirientes certezas.

Decimos que se debe ser fuerte y resistir iniquidades
con las manos en alto bajo el son del sosiego, bajo
el blanco alud ultramundano que patrulla cual ángel.

Decimos hoy que hemos tallado nuestros nombres
huéspedes en todas las piedras de la ciudad  dorada.

(Para el Poeta que no envejece
ni en cinco siglos a la redonda).

lunes, 7 de noviembre de 2016

Beatriz Hernanz Angulo


Existen personas que parecen sacadas de otro mundo. No importa que sean artistas, cineastas, escritores, madres, padres... o poetas. Y Beatriz Hernanz es una de ellas.

Se trata de la actual Directora de Cultura del Instituto Cervantes, poeta y crítica literaria nacida en Pontevedra en el año 1963. Es también doctora en Filología Hispánica y ha colaborado en los periódicos ABC (1992 - 1998), El Mundo (1998 - 2008) y El País (2009 - presente) en las secciones culturales. Una Da Vinci literaria del siglo XXI, vaya.

Muchas de sus obras han sido premiadas, como La lealtad del espejo (1993), premio Barcarola; o La vigilia del tiempo (1996), Accésit del Premio Adonáis.

El poema escogido para conocer brevemente su habilidad con las palabras es un poema-carta titulado "Estaciones paralelas". Disfruten, aunque esté de más decirlo.


Querido Héctor:

Cuando esto te escribo, amor, qué palabras cubrirán la última noche del siglo, el invierno que nunca acaba, la primavera rota por la ausencia. El mundo se va a ahogar, los pájaros ya no vuelan en los espejos y el mar no ofrece ningún consuelo. Esta ha sido una historia envuelta en música y en silencios, antigua y terrible como el mundo, hemos tenido que inventar todos los caminos, hemos discurrido por dolorosas geografías, lugares queridos que corresponden a la cartografía del desconsuelo.

Te escribo esta carta en una pequeña hendidura de agua, porque el agua irradia atardeceres de otras épocas. Cuando nos encontramos por vez primera, yo era una muchacha joven que se miraba en el fondo de tus ojos, que vivía pendiente de tu arrogancia de isla. Pero tu nombre se ha quedado para siempre dentro, pero tu rostro aún vive en mis palabras, pero tus manos de árbol crecen, vigorosas, todas las primaveras de relámpagos. Enséñame el lugar del aire, hacia dónde dirigir mi huida por todas las estaciones que regresan sin ti, porque hay velos tristes que me han hecho morir de cordura, cuchillos lentos que han inundado de mar todas las derrotas.

El recuerdo es el camino breve y puro que conduce hacia el delirio, que transcurre como una melodía en el viento de la historia. Adagio de las promesas que no pudieron realizarse, andante nocturno que devuelve las traiciones a un mar dormido en mi vientre, vivo círculo de los ahogados por las sombras del desafecto, pues será el trayecto que nos ha de reunir lento como el tejido fatal de una espera sin personajes.

Somos esos seres a los que el tiempo nunca arrebata sus heridas. Me acorazo con la armadura de la voluntad, amor mío, zurzo los harapos del destino, invoco un tiempo en el que pudieron ser verdad todos los silencios del mundo. Pero caminamos por estaciones paralelas, en un tiempo que nunca asumió la luz y el abismo, infinito y azulado, habitado de palabras y de ausencia.

En qué mar encontrarán reposo mis ojos en la ciega huida por el brocal del otoño...