domingo, 31 de diciembre de 2017

Quino (o cómo debería ser la vida)


Por todos es conocido el personaje que ilustra estas líneas. Su autor, o la mente creadora de tan entrañable personaje, es la de Joaquín Salvador Lavado Tejón, más ampliamente conocido como Quino.

Nacido en la ciudad de Mendoza, en Argentina, en el año de 1932, Quino ha llegado a publicar, además de Mafalda (que comenzó como publicidad para lavadoras) un sinfín de historietas, chistes e ilustraciones a lo largo de cincuenta y cinco años.


Suyo es también el texto sobre cómo debería ser la vida: al revés, texto cuya autoría suele atribuirse erróneamente a Woody Allen.

Helo aquí:

La vida debería ser al revés.
Se debería empezar muriendo y así ese trauma quedaría superado.
Luego te despiertas en un hogar de ancianos mejorando día a día.
Después te echan de la residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión.
Luego, en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro.
Trabajas cuarenta años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.
Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo, no tienes problemas graves y te preparas para empezar a estudiar.
Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.
Y los últimos nueve meses te pasas flotando tranquilo, con calefacción central, room service, etc.
Y al final… ¡abandonas este mundo en un orgasmo!

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Viggo Mortensen

Que Aragorn escriba poesía es algo que, si se piensa bien, no parece tan descabellado. Porque una travesía como la que recorrió el heredero de Isildur por la Tierra Media es, cuanto menos, inspiradora.

Viggo Peter Mortensen (Nueva York, 1958) es, además de actor, músico, fotógrafo, pintor y poeta. Y es esta última faceta suya la que nos interesa.

Tal es su afición por el mundo de las letras que en 2002 creó la editorial Perceval Press, a través de la cual ha publicado sus poemas y fotografías.






A sus espaldas lleva la friolera de quince libros, entre historias (Coincidence of Memory, 2002) y poemas.

Su último libro, Canciones de invierno (2010) es un trabajo "fruto de viajes y trabajo durante los últimos dos inviernos del Norte y del Sur". Cuenta con una versión en inglés y otra en castellano, pues su autor pasó su infancia en Argentina y Venezuela, razón por la cual domina el castellano y habla con cierta fluidez catalán.


Un beso de esos

Y te acordarás de noches
ya entrando en invierno
cuando volvíamos solos
vos y yo con las estrellas
y la luna, hablando poco,
sin horizontes, quietos
con ojos en las mansas
curvas de la carretera
desierta, manos y caras
tan cerca, sin saber
pero sabiendo a lo mejor
algo, cómodos juntos,
disfrutando el viaje
por ese nuevo mundo,
esa vida, esos minutos,
esas horas sin contar.
Sin prisa, sin dudas,
sin más que la sencilla
alegría de conocernos.

La verdad, aunque moleste,
es contagiosa. Encuentro
árboles que se agachan
dondequiera que vaya,
contándome sus secretos.
Me empapa la lluvia roja
y azul, de tantos colores.
Sos la isla que imagino.
Oigo arranques inciertos
de un antiguo piano ruso
que se ahoga, deslizando
pobres preludios, callando
hacía un mejor silencio.
Noto cambios en tu piel,
ruidos salen de tus dedos.
Tu mirada es de buho, fija
y luminosa, guiándome
para que siga tu soñar.
Estoy de acuerdo con todo
lo que me enviás. Tu voz
parte la niebla, mis labios
beben golpes de tu tambor,
preciosa jaula de costillas
que vibra con gritos acabados.
Duele la fuerza del bienestar,
de nuestra limpia conexión.

Doy gracias a la misteriosa
clemencia de todo lo santo
que te puso en mi camino.
Podríamos rastrear juntos
si queremos ver lo que hay
adelante, avanzar mano
en mano, boca a boca,
unidos por las tripas,
la memoria, brindando
por el futuro regalado.
Agradezco inundación
del Sí. No cabe miedo
en el repentino paraíso
que alimenta la ternura.
Te quiero lavar, peinar,
y no te secaré. Quiero
que te acostés sobre mí,
que me moje, me derrita
y me hunda la pureza
de tu deseo. Me enfermo,
lo acepto. Llamás, contesto.
No supe hasta que te fuiste,
ni sé ahora que no estás,
cuanto habías querido ver,
cuanto quedó por decir.

Cuando anoche me frenó
tu sabio reconocimiento
del despegue que intenté
negar me preguntaste
si me faltaba algo. Vos,
dije. Te busco bajo
este cielo de invierno,
despierto, pronunciando
nuestro frágil idioma,
lengua propia, palabras
hundidas en los huesos,
sal que me tiñe la boca
con huellas de tu ausencia.
Volé de noche y me asustó
no hallarte. Extraño tu luz,
tu aire que salva y cura.
Tengo barba, te aviso.
Me llena saber de vos
y quiero que lo sepas.
Respiro con vos. Guardo
las caricias que me diste
y te las voy a devolver
cuando llegue la ocasión.

No sé de donde vino
esa calima, esa cara
de ojo por ojo, ese labio
superior. Sigo sin idea
de otra música, añorando
la sombra de tu parpadeo.
Aún te huelo. Cierro cortinas
para ver lo que dejaste.
Ahorco preguntas, respuestas.
En vano intento curar dudas
fingiendo que no importan.
Tu cuerpo es mi mundo,
todo lo que veo. Tu sol
quiero ser, y ponerme
en tus hombros, sentirte
cerrar los ojos en el nido
de nuestro descanso. Adoro
la marcha de tu corazón,
esa corriente de sangre
que marca el compás
de mi averiado andar. Quedan
brasas del inesperado
desvelo. Recuerdo sin falta,
sin pena, sin fin la hermosura
de la sorpresa, la luna apenas
completandose, rodillas frías,
maleta sin hacer, las fotos
y frases colgadas en el espejo,
el despertador mudo, nariz
contra sábana. Tu cuerpo es
mi mundo. Acabáme la vida

con un beso de esos.

domingo, 17 de diciembre de 2017

El poema más largo del mundo


El título de la entrada lleva un poco a engaño, pero por ahí van los tiros: no se trata del poema más largo del mundo sino del título para un poema más largo del mundo.

El autor es un poeta ruso, Gavriíl Románovich Derzhávin (1743 - 1816), el más importante de la ilustración y clasicismo durante los últimos veinte años del siglo dieciocho.

El título es el siguiente:

Желание зимы его милости разжалованному отставному сержанту, дворянской думы копиисту, архивариусу без архива, управителю без имения и стихотворцу без вкуса.


Desconocemos el significado del mismo, pero gracias a una herramienta llamada Internet sería algo parecido a:

El deseo del invierno de su misericordia para el degradado sargento retirado, el pensamiento del noble de un copista, un archivero sin un archivo, un administrador sin una herencia y un poeta sin gusto.

lunes, 11 de diciembre de 2017

"Oda a la vida retirada", de Fray Luis de León


De entre todas las odas que componen toda la poesía escrita hasta el momento, la de Fray Luis de León (1527 - 1591) es, sin lugar a dudas, una de las más importantes.

En esta "Oda a la vida retirada", el poeta y religioso belmentino resume cuanto preocupaba a aquellos que seguían el movimiento ascético, propio de los fanáticos religiosos y del siglo XVI.

Llena de ritmo, expresividad y una musicalidad envidiable, poco importa no conocer alguna que otra palabra.

¡Ganas dan de dejarlo todo y unirse a Fray Luis!


¡Qué descansada vida 
la del que huye del mundanal ruïdo, 
y sigue la escondida 
senda, por donde han ido 
los pocos sabios que en el mundo han sido; 

Que no le enturbia el pecho 
de los soberbios grandes el estado, 
ni del dorado techo 
se admira, fabricado 
del sabio Moro, en jaspe sustentado! 

No cura si la fama 
canta con voz su nombre pregonera, 
ni cura si encarama 
la lengua lisonjera 
lo que condena la verdad sincera. 

¿Qué presta a mi contento 
si soy del vano dedo señalado; 
si, en busca deste viento, 
ando desalentado 
con ansias vivas, con mortal cuidado? 

¡Oh monte, oh fuente, oh río,! 
¡Oh secreto seguro, deleitoso! 
Roto casi el navío, 
a vuestro almo reposo 
huyo de aqueste mar tempestuoso. 

Un no rompido sueño, 
un día puro, alegre, libre quiero; 
no quiero ver el ceño 
vanamente severo 
de a quien la sangre ensalza o el dinero. 

Despiértenme las aves 
con su cantar sabroso no aprendido; 
no los cuidados graves 
de que es siempre seguido 
el que al ajeno arbitrio está atenido. 

Vivir quiero conmigo, 
gozar quiero del bien que debo al cielo, 
a solas, sin testigo, 
libre de amor, de celo, 
de odio, de esperanzas, de recelo. 

Del monte en la ladera, 
por mi mano plantado tengo un huerto, 
que con la primavera 
de bella flor cubierto 
ya muestra en esperanza el fruto cierto. 

Y como codiciosa 
por ver y acrecentar su hermosura, 
desde la cumbre airosa 
una fontana pura 
hasta llegar corriendo se apresura. 

Y luego, sosegada, 
el paso entre los árboles torciendo, 
el suelo de pasada 
de verdura vistiendo 
y con diversas flores va esparciendo. 

El aire del huerto orea 
y ofrece mil olores al sentido; 
los árboles menea 
con un manso ruïdo 
que del oro y del cetro pone olvido. 

Téngase su tesoro 
los que de un falso leño se confían; 
no es mío ver el lloro 
de los que desconfían 
cuando el cierzo y el ábrego porfían. 

La combatida antena 
cruje, y en ciega noche el claro día 
se torna, al cielo suena 
confusa vocería, 
y la mar enriquecen a porfía. 

A mí una pobrecilla 
mesa de amable paz bien abastada 
me basta, y la vajilla, 
de fino oro labrada 
sea de quien la mar no teme airada. 

Y mientras miserable- 
mente se están los otros abrazando 
con sed insacïable 
del peligroso mando, 
tendido yo a la sombra esté cantando. 

A la sombra tendido, 
de hiedra y lauro eterno coronado, 
puesto el atento oído 
al son dulce, acordado, 
del plectro sabiamente meneado.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Cultivando poesía (XXVIII)

Hoy es un buen día.

Aunque mañana haya examen.


CANTO A LAS BREVES E INFINITAS ESPERANZAS

La reverencia del pianista.
La flor antes de ser flor.
La noche que precede al día.
El día que no termina de llegar.

No hay uno,
uno solo,
que no sea motivo para abrir los ojos


y sonreír.