Hoy, como bien reza el título de esta entrada, es el día internacional de la poesía. Hay mucho que decir y es por eso que voy a recurrir a lo que vengo haciendo ya desde hace un tiempo: decirlo con un poema. Y ¿quién mejor que Benedetti para ello?
El poema lleva por título "Como siempre" y yo, en nombre del blog pero sobre todo de mí mismo, agradezco vuestra visita.
Como siempre.
Como siempre
Aunque hoy cumplas
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando,
en el instante en que vencen los crueles,
entrás a averiguar la alegría del mundo,
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores.
Buena edad para cambiar estatutos y horóscopos,
para que tu manantial mane amor sin miseria,
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
y estés linda.
Casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades,
ya que te van a rodear como ángeles o veleros.
Es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos.
De modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
cumpledías.
Acordate de esta ley de tu vida:
si hace algún tiempo fuiste desgraciada,
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza.
De todos modos para vos no es novedad
que el mundo
y yo
te queremos de veras,
pero yo siempre un poquito más que el mundo.
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