¿Quién no ha soñado nunca con tirar una botella al mar y cruzado los dedos para que un solitario náufrago la encontrase en alguna isla remota?
Pues a partir de esa imagen, que podríamos considerar ya clásica, Mario Benedetti escribe unos versos que bien podríamos haber escrito cualquiera de nosotros, pero que no fuimos.
Botella al mar
Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.
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