Si algo bueno tiene el cine, entre otras muchas virtudes, es la amalgama de artes que se unen para crear una pieza única que, de otra manera, no hubiera sido posible.
Así, Los miserables (Tom Hooper, 2013), aquella insuperable adaptación de la famosa obra de Víctor Hugo, nos brinda escenas llenas de una emoción incomprensible por todo aquel que no lo haya visto.
Concretamente, hoy hablamos de Empty chairs and empty tables ("Sillas y mesas vacías", aunque en la traducción se pierda un poco de ese peculiar encanto que tiene el título original).
La escena, interpretada por Eddie Redmayne, supone una escena brillante en todos los aspectos: musicalización, color, imagen... y letra, por supuesto, que es la razón misma de esta entrada.
La letra corre a cargo de Herbert Kretzmer, Claude Michel Schonberg y Alain Albert Boublil y parece, espero puedan entenderme, original del mismísimo Espronceda, aunque la original haya sido concebida en otro idioma distinto al del poeta "pirata".
Pero juzguen ustedes mismos.
No hay palabras que describan
lo que siento en mi interior.
Estas sillas hoy vacías
son la imagen del dolor.
Este sitio fue la cuna
de la noble rebelión,
cuando hablamos de un mañana
que jamás amaneció.
Esa mesa de la esquina
era un mundo por nacer,
un rosario de canciones.
Las puedo oír aún...
Los bellos himnos al valor
murieron con un grito,
se apagaron al salir el sol.
Yo no pude acompañaros.
¡Perdonadme, por favor!
No hay palabras que describan
lo que siento en mi interior...
Me parece ver su sombra,
su señal en la pared.
Estas sillas hoy vacías
fueron suyas una vez...
Ya no sé si vuestra muerte
ha tenido algún valor.
Estas sillas hoy vacías,
mi tristeza y mi dolor...
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