martes, 19 de julio de 2016

Dándose a conocer

No hace mucho que una amiga me pasó un poema de esos que a mí me gustan: sencillos. Y es por eso que lo comparto aquí con vosotros. Bueno, por eso y porque este es un blog de divulgación poética.

Y a propósito: el poema pertenece a mi amiga, Malén Barrero.


Mi casa es un lugar de espiga y desierto,
donde crecen pájaros de viento
a la orilla de caminos
disecados de silencio.

Mi casa huele a pan y deseo,
y, en verano, los grillos gritan poemas,
y las ramas saben a hielo
y a tierra mojada,
en invierno.

Mi casa es un lugar donde crecen flores,
y los llantos se aminoran
en cada latido,
y, cuando escuchas, se te clava
muy adentro
la voz de los míos.

Se llama caricias, lluvia y esparto,
mi casa.
Se llama recuerdos, sabores, olvido,
mi casa.

Y se llama amor, mi casa querida.
Y se llama dolor, si la sientes perdida.
Porque mi casa se llama hogar, volver, empezar.

Mi casa.

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