martes, 28 de enero de 2020

Fernando Lorenzo, argentino esencial


Escritor, poeta, dramaturgo, novelista, profesor de Bellas Artes, director, actor teatral... Fernando Lorenzo fue de todo.

Considerado figura esencial para la cultura argentina, nació y murió en Mendoza, de 1924 a 1997. De su autoría son cinco obras en la poesía, cuatro en prosa y dos en teatro.

Aquí compartimos un único poema, debido a la extensión del mismo. La decisión ha sido difícil, ya que podría servir cualquiera. 

Sea como fuere, esperemos que lo disfruten.


Mensaje a los jóvenes poetas

Poeta, cuídate. Cuida también la antorcha
si vas a la batalla: la batalla es tiniebla
pero la paz es dura, dura como la sangre coagulada.
No hay en el mundo un hombre que no haya sido niño,
por eso cada guerra es también una vasta trinchera
donde el soldado clama por la leche materna
mientras come en silencio
la pólvora y el plomo,
recordando aquel vientre ya enterrado.
Cuida tus manos, hechas con finísimo polvo de harina y oro.
No te las cortes, no te las cortes en el amor para hundirlas
como golondrinas que divisan ya el mar
en el cuerpo extendido a tu lado, que excede
los límites del país donde amas.
Toda cama es de piedra.
Gasta tus manos solamente como cantos rodados hasta que
llegue el día
y el sol te aparte de ese cuerpo, te separe,
corte tu beso en dos sin que sangren los labios.
Cuida tu frente, último muro hacia arriba, muralla sitiada.
Lo que tus enemigos buscan desde el comienzo de los tiempos,
cuando todo era azul y nadie nos miraba exisitir,
sólo dioses hambrientos.
No los dejes trepar con sus patas hendidas,
defiende tu frente, ese hueso donde todo es espanto,
donde la vida y la muerte son espanto.
Cuida tu frente, bajo la cual vive enterrada en vida
tu infancia.
Tu frente, también vela de tu barco.
Cuida tu cuerpo, esa llaga vestida, armoniosa y sumada,
contraluz y paciencia de la luz,
maraña que ata y desata el viento...y las palabras.
Cuida esa perfección, ese dolor que investiga el deseo.
Cuida tu cuerpo que duerme, que se acuesta, que se levanta,
que va y no vuelve nunca igual a sí mismo, que te ronda,
despierta y confunde lo soñado y lo vivido,
que envejece sin ruido entre los objetos eternos.
Cuida tu cuerpo desnudo y cuida el cuerpo desnudo que amas:
serán tu paz necesaria y tu guerra dichosa.
Son, uno junto al otro,
la tierra y el mar soldados por un aro de fuego,
mientras los ojos ofician de estrellas en la noche perfecta.
Cuida al fin tus palabras. Porque has venido al mundo
a soplar al oído de los hombres
la tempestad y su cortejo de cristales partidos,
los días quemados sin objeto,
el último sabor de una lágrimas. Has venido a soplar
sobre la cerradura de la muerte,
sobre el vino humano tierno, dócil a la boca
-hermano callado de la pena que andamos divulgando-
sobre la cabecera de la cama
-reunión de tantas cosas-
sobre el fuego que amenaza apagarse,
sobre los árboles más altos...
Has venido a soplar sobre la sombra que va cubriendo el mundo
las últimas monedas de los dioses.
Y cuida tus lágrimas. No las gastes en ojos.
No derroches esa agua preciosa en amores perdidos.
Guárdala para el día en que pactes con la tierra.
El día, la hora y el instante
del aliento final, entre las sábanas,
cuando la necesites para la sed final, que llega entre sedientas
amapolas.

domingo, 26 de enero de 2020

Isabel Jimeno: Badajoz al descubierto


Quizás el nombre de Isabel Jimeno no les suene, pero créanme cuando les digo que dejará de ser así a partir de hoy.

Nacida en Badajoz, actualmente reside en Génova, quizás porque esta ciudad se le quedaba pequeña. Su poesía, aunque escasa la que se puede encontrar, es una poesía delicada llena de matices. No sabemos si ha publicado o no algún poemario, pero lo poco que se deja leer, se lee maravillosamente bien.

Y si no, juzguen ustedes mismos.


Poesía esta noche prefiere callarse...

Poesía esta noche
prefiere callarse.
Se hallará en algún ángulo
de la ciudad, como los gatos,
en la penumbra.
Se donará al silencio
con ojos de lechuza
que sabe de la noche
el misterio.
Cansará sus párpados
mientras digiere
la luz melancólica
que cubre las calles
de naranjas de neón.
Volverá como siempre,
al alba, como viajera
que cruzó oscuras galerías.
Volverá con un beso
o una herida.
Con un amor o un dolor.


Insomne

Un mirlo sonambulo canta.
Vago de noche,
soporto la pesada piedra
de las horas,
el reloj del silencio.
Me aferro al vestido de la brisa
con las garras
de una tigresa nostalgica.
Contemplo desde los tejados
la poetica de las calles desiertas,
su lenguaje de hojas secas,
su repertorio de ausencias.
Vago de noche,
canto la soledad
de las cosas
y vuelo
con alas cobalto
para danzar

con mi sombra.


Fuentes: https://libroemmagunst.blogspot.com/2018/01/isabel-jimeno-2-poemas-2.html
https://gaudiaduepuntozero.blogspot.com/2017/03/isabel-jimeno-4-poemas.html


sábado, 25 de enero de 2020

Citas de cine (V)

Stalker (1979)



"Antes, el futuro solía ser solo una continuación del presente. Pero con todos los cambios vislumbrándose lejos en el horizonte, ahora el presente y el futuro son uno".


Julieta (2016)



"Tu ausencia llena mi vida por completo y la destruye".


L'avventura (1969)



- Baja cuando estés lista. Estaré abajo en la plaza.
- Está bien. Pero primero debes decirme que estar sin mí es como estar sin una pierna. Adelante, visita la ciudad solo. Cojearás. Dime que quieres abrazar mi sombra que pasa en la pared.


Eduardo Manostijeras (1990)



- Hace mucho tiempo, un inventor vivía en esa mansión. Inventaba muchísimas cosas. Un día, creó a un hombre. Y le dio entrañas, un corazón, un cerebro. Todo. Bueno, casi todo. Verás, el inventor era ya muy viejo. Murió antes de poder acabar al ser que había creado. Así que el hombre se quedó solo. Inacabado, y completamente solo.
- ¿Y no tenía nombre?
- ¡Claro que tenía nombre! Se llamaba Edward. Antes de que él viniera, no nevaba nunca. En cambio después, sí nevó. Si él no siguiera vivo, ahora no estaría nevando... A veces aún bailo bajo la nieve.

viernes, 24 de enero de 2020

José Iniesta: poesía imprescindible


Hace hoy dos días que estuve en la presentación del nuevo libro del poeta valenciano José Iniesta, Llegar a casa (2020) y, como era de esperar cuando las cosas están bien hechas, fue un verdadero descubrimiento.

Más allá de qué es lo que define a su poesía, he de decir que él, como persona, me conmovió tanto o más que su obra. Pero así son los verdaderos poetas, que los mires por donde los mires, están hechos de otra pasta.


Podría decir que este es, nada más y nada menos, que su octavo libro publicado. Y podría decir también que dos de ellos han sido premiados: Arder en el cántico (2008, Premio Ciudad de València Vicente Gaos) y Bajo el sol de mis días (2010, Premio de Poesía Ciudad de Badajoz). Pero me remitiré a compartir una pequeña, muy pequeña porción de su obra. Por supuesto, perteneciente a su nuevo poemario.

Disfrútenla.


Extrañas posesiones

De la luz a tu luz, y ser lo oscuro.
De la vida contigo y los caminos
en la noche poblada de silencios,
¿qué me queda, mi bien,

                                       sino ser a tu lado

la escritura desnuda en el papel,

la verdad de la lumbre que resiste
en medio del invierno,

                                    y el saberme

en esta oscuridad que nos expulsa
la claridad adentro enamorada?

jueves, 23 de enero de 2020

Elton John lo ha vuelto a hacer

Efectivamente, Elton John lo ha hecho de nuevo. Ha conseguido su objetivo una vez más: hacernos felices con su música. Y lo cierto es que podría ser también que con la letra, pero no he conseguido averiguar su autor (suponemos que es Bernie Taupin, como suele ser habitual). Sea como fuere, es un pedacito de poesía musical y lírica.

Y esa es razón más que suficiente para compartirla hoy aquí:


Every breath is a prayer of some kind
I breathe in, I breathe out, I just breathe
And you're so well, blue wonderful
Blue wonderful to me

Like swimming in your eyes
I dive in, I dive deep, I just swim
I lose myself in you, blue wonderful
Blue wonderful again

Don't you know where you go? I will follow
In your footsteps I find my own feet
Addicted like I am to the blues
Kind of blue of all the blues I need

Yesterday did someone else's song
In sixty-five summertime, don't let go
Long before you came, blue wonderful
The blue wonderful I know

Ain't just something I just left behind
In the past, far away, used to be
But your presence, my blue wonderful
Blue wonderful to me

Go where you walk, when you walk to
Just don't let the wind tear you free
Stick around the light that brings you home
Don't ever hang around with the breeze

Don't you know where you go? I will follow
In your footsteps I find my own feet
Addicted like I am to the blues
Kind of blue of all the blues I need

Every breath is a prayer of some kind
I breathe in, I breathe out, I just breathe
And you're so well, blue wonderful
Blue wonderful to me

Like swimming in your eyes
I dive in, I dive deep, I just swim
I lose myself in you, blue wonderful
Blue wonderful again

I lose myself in you, blue wonderful
Blue wonderful
Blue wonderful
Blue wonderful
Blue wonderful, again



Cada respiro es una plegaria de algún tipo
Inhalo, exhalo, simplemente respiro
Y tú eres buen, azul maravilloso
Azul maravilloso para mí

Como nadar en tus ojos
Buceo, me sumerjo, simplemente nado
Me pierdo en ti, azul maravilloso
Azul maravilloso que se repite

¿No sabes que a donde vayas te seguiré?
En tus huellas encuentro mis propios pies
Adicto como soy a los blues
Tipo de azul de todos los azules* que necesito

Ayer hice la canción de alguien más
En el verano del 65, no desistí
Mucho antes de que llegaras, azul maravilloso
El azul maravilloso que conozco

No es solo algo que simplemente dejé atrás
En el pasado, muy lejos, solía estar
Pero tu presencia, mi azul maravilloso
Azul maravilloso para mí

Ve a donde quieras, cuando quieras
Solo no permitas que el viento te guíe
Permanece pegado a la luz que te trae a casa
Nunca salgas a pasear con al brisa

¿No sabes que a donde vayas te seguiré?
En tus huellas encuentro mis propios pies
Adicto como soy a los blues
Tipo de azul de todos los azules* que necesito

Cada respiro es una plegaria de algún tipo
Inhalo, exhalo, simplemente respiro
Y tú eres buen, azul maravilloso
Azul maravilloso para mí

Como nadar en tus ojos
Buceo, me sumerjo, simplemente nado
Me pierdo en ti, azul maravilloso
Azul maravilloso otra vez

Me pierdo en ti, azul maravilloso
Azul maravilloso
Azul maravilloso
Azul maravilloso

Azul maravilloso, otra vez

*azules o blues, como el género musical.

Fuentes: https://www.azlyrics.com/lyrics/eltonjohn/bluewonderful.html
https://www.adictivoz.com/2016/01/elton-john-blue-wonderful-letra.html

miércoles, 22 de enero de 2020

Juan Ramón Jiménez y la vil pianola


Si por algo es conocido Juan Ramón Jiménez, es por el rigor que tenía a la hora de escoger las palabras. Y la prueba de ello la tenemos en la siguiente nota a sus vecinos, que venían de Cuba y, como no podía ser de otra manera, tocaban y bailaban música día sí y día también:

Queridos vecinos:

Desde que les regalaron a ustedes esa vil pianola, la casa ha perdido toda su dignidad. Esto es a todas horas, y por virtud de ustedes, un cine, un "cabaret". ¡Qué lata y qué niñería permanentemente de musiquillas de cuplés y de baile americano! Hablar a ustedes de derechos y deberes de vecinos que viven en una misma casa, que pagan lo mismo, etc., sería absurdo, puesto que en España esas cosas no tienen sentido y, aquí, el que trabaja en serio tiene que hacerlo ¡ay! a salto de mata, a deshora, sin ritmo, como Dios quiera. Prescindo de ello, por lo tanto. Pero como mientras la pianola de ustedes, toca y toca durante doce horas al día, yo no puedo hacer nada, me voy a dedicar a ponerme a tono con ustedes. Y el tono será el de los platillos y el redoblante. Así es que en cuanto ustedes empiecen con su pianola, empezaré yo con tambor y metal. Se lo aviso a ustedes de antemano, no se asusten y tengan que llamar a la Casa de Socorro, o para que preparen algodones y demás, porque el ruido va a ser tempestuoso, diluviano, apocalíptico.

Su desocupado y envilecido vecino,

Juan Ramón Jiménez.

Parece increíble cómo hasta una nota quejándose de sus vecinos puede acabar convirtiéndose en una pieza artística más. Pero ¡he ahí al verdadero poeta! Gracias, Juan Ramón. Gracias.