lunes, 17 de octubre de 2016

Poesía y música para Ana Frank

Me encuentro estos días leyendo El diario de Ana Frank y, por unas u otras razones, di con un vídeo maravilloso, vídeo que dejo al final del post. El vídeo es una canción tributo a Ana Frank y su historia, conocida por todos.

Tributos a esta figura histórica hay muchos, pero hubo uno que me llamó especialmente la atención. Tanto, que ha acabado en este blog. Y si me ha llamado la atención ha sido por su letra, que más que letra me parece poesía. Y si no, juzguen ustedes mismos.

¡Ah! El autor del vídeo, la letra y la música es Juan Morgan, un ciudadano de a pie que, como mínimo, merecía mención.




En el sombrío olvido de las páginas de un libro 
encontré el pensamiento olvidado por los años
de una mujer que ahora viaja por el tiempo
y sus cenizas son ya parte del viento.

Dio sus primeros pasos en el viejo continente.
Su tímida sonrisa fue alegría de sus padres
en tiempos donde el odio se adueñaba de la gente
y el ruido de las bombas era pan de cada día.

Ana está sentada en aquel obscuro rincón.
A contraluz de una linterna plasma parte de su alma.
Hay latidos de su corazón en cada página
y la tinta es sangre de su tierno corazón.

Ana es la caricia de una madre, es la belleza de una tarde, es aquella tenue puesta de sol.
Ana es la quietud de mar adentro, es la suavidad del viento acariciando las alas de un gorrión.
Y conoció el amor bajo un suelo de madera
con un fugaz beso, su pudor por vez primera
y sin ver el sol sintió el candor de primavera
entre ruido de bombas
desde su trinchera.

Ana va sentada en un pétalo en el viento y va tocando corazones. Es viajera ya del tiempo.

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