Muchas veces, por desgracia, comprar libros supone tal odisea económica que acabamos desistiendo y tomándonos una o dos cervezas bien por reemplazo, bien para olvidar. Pero hace unos días un servidor hizo las dos cosas: se tomó una cerveza y compró dos libros de segunda mano. ¡Y todo en el mismo lugar! Helos aquí:
El libro de la izquierda es La arboleda perdida, de Rafael Alberti, tomo que recoge las memorias que escribió el poeta, la primera en 1959 y la segunda en 1982; el de la derecha se titula Salvo el humo (1999), un libro de poesía de la pacense María Rosa Vicente Olivas, accésit del Premio Adonáis en 1977 por su poemario Canto de la distancia.
Al autor primero lo conocía, cómo no, pero a la segunda no y ha sido una manera muy bella de hacerlo. Supongo entenderéis ahora la razón de esta entrada.
Se trata, además, del segundo y tercer libro que añado a mi biblioteca particular, lo que hace este hecho aún más increíble.
Os dejo con el primer poema de dicho libro. Y añadiré una última cosa: si es así el primero, cómo no serán el resto.
La ausencia
(a mis padres)
Supongo que estos años seguirán existiendo
aunque el rastro se pierda, y la memoria
se niegue a recordarlos.
Uno cree que la vida experimenta
su dolor con nosotros,
y el futuro, de pronto, nos produce desgana.
Supongo que este tiempo seguirá con nosotros
para siempre, y debemos
aprender a vivir con su silencio,
sin temer que de nuevo un golpe nos reclame
esa parte del mundo que fue nuestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario