martes, 10 de octubre de 2017

El pan no está duro... duro es no tener pan

A veces conviene pararse a pensar. Y eso es justo lo que vamos a hacer hoy.

Recién leí un texto gracias a alguien que, justo por dicho texto, me he parado a pensar y efectivamente, se ha convertido en parte esencial de mi vida. Así que la entrada de hoy vamos a utilizarla para dos cosas -y otra más de regalo-: uno, para pararnos a pensar quién es importante en nuestra vida; dos, para pararnos a pensar -así, en general-; y tres, para pararnos a ver Truman, película del director español Cesc Gay estrenada en 2015 que plantea justo aquel primer objetivo que comentábamos: pensar quién es importante en nuestras respectivas vidas.

El susodicho texto viene de manos del destacado psicólogo Wilder Hernández (Santiago de Chile) y que, adelantándonos a acontecimientos, no será lo primero que compartamos de él. Helo aquí:


"Parece mentira, pero somos especialistas en quejarnos, y la mayoría de las veces nos quejamos sin razón, sin sentido, por tonterías, por egoísmo. 'El pan no está duro... duro es no tener pan'.

¿Qué quiere decir esto? Que el trabajo que tienes no es duro, duro es no tener trabajo. Que tener el carro dañado no es duro, duro es no tener un carro. Que por tener el carro dañado y tener que caminar a tomar el bus eso es duro, no; eso no es duro, duro es no tener piernas, duro es no poder caminar. 

Comer arroz con sardina no es duro, duro es no tener comida. Perder la causa en algún problema familiar no es duro, duro y créeme que muy duro es perder un familiar. 

Decir, TE AMO mirando a los ojos de otra persona no es duro, duro es decirlo frente a una lápida o un féretro donde ya no tienen sentido las palabras. Quejarse no es duro, duro es no saber ser agradecidos. 

Hoy es un buen día para dar gracias a Dios por lo que tenemos y no dejar que nuestra felicidad dependa de algo o de alguien. 'Nuestra felicidad depende de nosotros mismos y de lo agradecido que seamos con lo que tenemos'".

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