martes, 26 de septiembre de 2017

Para tener siempre presente

(De izqda. a dcha.: Luis García Montero, Javier Egea, Rafael Alberti, Martín Olid, Joaquín Sabina y Benjamín Prado en la presentación, en el Palacio de los Condes de Gabia de la colección “Maillot Amarillo”, 1986).

Resulta maravilloso saber que, aunque parezca imposible, detrás de un gran poeta hay siempre una identidad un tanto distinta, aunque no muy alejada, de esa otra que nos es expuesta al gran público; como resulta también maravilloso saber que, detrás de una gran persona, hay una gran amistad.

Una de esas amistades es la de Joaquín Sabina y Rafael Alberti, aunque en palabras de aquel "no fuesen tan amigos como otros, pero pueda presumir de que fue uno de los pocos que meó con él en la tapia de la Real Academia".

Y es que Alberti, vaya usted a saber en qué momento y a cuento de qué, le dijo a estotro:

"Tómate siempre muy en serio tu obra y muy en broma a ti mismo".

Tal fue el consejo que, poetas y no poetas, valen a todos por igual.

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